Este viaje transformador comenzó en Malawi en febrero de 2024 y ahora la antorcha ha pasado a Uganda, la vanguardia del movimiento CCC en África Oriental.
Figura 1 – El equipo AMECEA/AOSK-CCCK, ejecutivo de ARU representado por Sor Genevieve Silver y Sor Lilly Mary Driciru, Conferencia Episcopal de Uganda representada por Monseñor Kauta , Rev. P. Fredrick Tusingire y el P. John Baptist Kaganda después de una conversación sobre las colaboraciones de las partes interesadas en las reformas de atención
En Uganda, el equipo AMECEA/AOSK-CCCK tuvo el privilegio de reunirse con figuras estimadas como el Rev. P. Kauta, el Secretario General de la Conferencia Episcopal de Uganda, el Rev. P. Fredrick, el Coordinador de la Comisión Familiar y otro personal clave. Sus discusiones se centraron en el papel fundamental de la familia en la crianza de los niños, reconociéndola como la piedra angular de la transmisión cultural y la identidad individual. Rev. P. Kauta expresó su más sincero agradecimiento por la colaboración, reconociendo su intervención oportuna para abordar los desafíos pastorales que afectan a las familias. Prometió una colaboración más estrecha con ARU a través del mostrador familiar de la UEC, subrayando el compromiso de fomentar los valores familiares.
Al aventurarse en la diócesis de Jinja en la parroquia de Ikanga, el equipo entabló conversaciones conmovedoras con el párroco, el consejo y el personal de CCCU. Estos sinceros intercambios resonaron profundamente en la comunidad parroquial y evocaron testimonios conmovedores. Uno de esos testimonios provino de un catequista que contó su decisión de colocar a sus hijos gemelos en un orfanato hace años, sin conocer las razones subyacentes para institucionalizar a los niños.
Figura 2 : AMECEA/AOSK-CCCK/ARU-CCCU y el consejo parroquial de la parroquia de Ikanga conversando sobre cuáles son las oportunidades y desafíos que impiden que los niños crezcan en la familia y planificando cómo aprovechar las oportunidades en la parroquia para promover la familia y la comunidad.
Su narrativa se hizo eco de los sentimientos compartidos por los aldeanos, atribuyendo la pobreza y la erosión cultural a las alarmantes tasas de abandono y negligencia infantil. Esta comprensión colectiva subrayó el imperativo de cambiar los paradigmas sociales para priorizar el cuidado basado en la familia sobre la institucionalización.
La culminación del viaje fue presenciar el reencuentro de un niño, Aron, con su familia extendida, lo que simboliza el triunfo de los lazos familiares sobre el cuidado institucional. En medio de alegres festejos y una celebración eucarística comunitaria, la comunidad abrazó a Aron, reafirmando su compromiso de salvaguardar el bienestar de sus hijos. Esta conmovedora reunión subrayó el profundo impacto que tiene la reintegración de los niños a entornos familiares, disipando conceptos erróneos sobre los orfanatos.
Al reflexionar sobre la experiencia, el viaje destacó varias lecciones invaluables. En primer lugar, el imperativo de disipar los mitos que rodean el cuidado institucional y fomentar una cultura de crianza positiva dentro de las comunidades. En segundo lugar, la naturaleza transitoria de las instituciones benéficas para niños subraya la importancia primordial del cuidado basado en la familia. Por último, la responsabilidad colectiva de salvaguardar el bienestar de los niños resonó profundamente, enfatizando la necesidad de apoyo comunitario en lugar de institucionalización.
Figura 3 : El Oficial de Niños cierra oficialmente el caso de Aron del hogar infantil St. Philomena y lo deja con su tío, el Sr. Marin, y su familia extendida en presencia de Sor Teddy, el administrador de St. Philomena, la pequeña comunidad cristiana y los aldeanos.
Cuando el viaje culminó con una reunión con el obispo Martin de la diócesis de Jinja, su apasionada súplica por una reforma cultural hizo eco de los sentimientos de responsabilidad comunitaria hacia el bienestar de los niños. Su llamado a la sensibilización del clero y la promoción de reformas en la atención subrayó el papel fundamental de los líderes religiosos en la realización de cambios sociales.
En esencia, el viaje resumió el eterno proverbio africano: «Se necesita un pueblo para criar a un niño». A través de la acción colectiva y la solidaridad comunitaria, el viaje ejemplificó el poder transformador de abrazar los valores familiares y la participación comunitaria en la crianza de la próxima generación.
Figura 4 – En el medio el Rev. Obispo Martin de la diócesis de Jinja junto con AMECEA/ARU/CCCU y el equipo de CCCK después de reunirse y planificar cómo se puede sensibilizar al clero de la diócesis sobre la reforma del cuidado